miércoles, 27 de enero de 2010

más allá



 la tarde se ha vestido de quimeras
con rojo de satén y verde lago
y cintas amarillas en el pelo

 pronto llega la noche
y el insomnio
o una búsqueda a tientas como loca
por los sueños

 y tú estás a mi lado

pero no estás
ni nadie


allí
donde habitaste tú
hay un hueco vacío
que cavó la experiencia
la decepción
la sombra


no te habré de encontrar
si me empeño en buscarte
donde habita el olvido


Idella




Otras auroras

Hay auroras de todos los colores,
paleta de pastel impresionista,
que alejan el dolor, calman la vista,
o que potencian todos los dolores.

Las mías tienen un matiz difuso
unas veces, mas otras tenebrismo
que activa sin pudor mi inconformismo,
mi rebeldía contra un mundo al uso.

Y pretendo luchar contra el engaño
y me caigo de bruces tantas veces
y no sé a quién alzar todas mis preces
y me duelo con otros, con su daño.

Idella

apenas la promesa en cumplimiento




Hoy andaba debajo de mí mismo
sin poder contenerme.
(José Ángel Valente)


apenas la promesa en cumplimiento
y un susurro llegando a los cristales
y volutas de humo
y ortigas en la piel


y tú tenaz
en tu constante insidia
saliendo de las lindes del refugio
cerrándonos la puerta
y la garganta


y la fe
creciendo subrepticia
como cada año nuevo
en la obcecada ingesta
de la engañosa copa de champaña


Idella

martes, 26 de enero de 2010

promesa

extenderé las ramas más allá de mis sombras
volveré a darte albergue

sacudiré raíces

y encenderé una hoguera que derrita la escarcha
cuando llegue la aurora de los días amargos

y el reloj de los sueños

retornaré a la amnesia
con un fuego en el alma y sonrisa en los ojos

como loca que he sido
por no perder costumbre
continuaré demente
mostrándome ante ti como a un viento solano

pero nunca habrá besos

te acunaré en la noche
te acercaré mi boca

quedamente
al oído
te cantaré una nana



Idella


Allá por mayo de 2008

Me he cansado del rojo de mi pelo,
me he teñido marrón de chocolate,
por paliar la visión de este dislate
puse mechas limón y caramelo.

Al mirarme al espejo me consuelo:
no tuve a mano un verde de aguacate
que pudiera aumentar el disparate,
ni un amarillo incierto de pomelo.

Intento lo genuino en mi melena,
y el desbocado blanco de las canas
lo amansa una tintura en ocre-arena.

Recobro los colores de avellanas,
mis ojos son de miel y soy morena,
cosa lo más común en las hispanas.

Idella
(18-05-08 )